El personaje de Edward Cullen le reportó a Robert Pattinson la fama mundial de la que goza ahora el actor y que le ha permitido protagonizar la última película de Batman, por ejemplo. Sin embargo, Pattinson pudo no haber sido elegido para el papel por no querer quitarse la camiseta durante el casting.
“Estaban haciendo pruebas de pantalla con cuatro personas”, contó el actor a The Hollywood Reporter. “En una de las escenas, yo debía quitarme la camisa, y creo que fui el único que no lo hizo”. La razón no es otra que el aspecto de Robert Pattinson en ese momento no era el mejor, ya que venía de grabar otra película para la que tuvo que depilarse el cuerpo por completo y teñirse el pelo de negro. “Y tuve unos meses en los que había estado bebiendo cerveza todo el día, así que tenía este cuerpo regordete y sin pelo. Parecía un bebé con una peluca”, recordó Pattinson.
Pero el hecho de no quitarse la camiseta no fue problema para que sorprendiera al equipo de casting y su aspecto, de hecho, le ayudó a obtener el papel. Como contó la directora Catherine Hardwicke, “quería a alguien que no pareciera una persona real” de acuerdo a un "vampiro que ha vivido durante 90 y tantos años. Es etéreo, es especial, es único, es interno, es inquietante, es todo, ya sabes, icónico”. Unos rasgos que a su ojo, Pattinson cumplía a la perfección y así se demostró luego en la gran pantalla.